Todo lo
que pasaría si fueras camionero en África
La historia de Sulubu representa la lucha diaria de los transportistas
africanos para superar innumerables obstáculos, desde los ladrones que los
asaltan hasta la corrupción o las dificultades de circular en países en
desarrollo.
Sulubu
es un camionero áfricano originario de Uganda, cobra unos 300 dólares (260€)
con los que mantiene a su familia. Como es de esperar, en países como este no
existe un reglamento que especifique el número máximo de horas a conducir o los
derechos básicos de los trabajadores.
A continuación,
los 5 principales obstáculos que se presentan a los camioneros en África:
Primer
obstáculo: sobrevivir al tráfico
El primer obstáculo y el más
constante con el que se encuentran los conductores
son las peligrosas vías de una región en la que los sangrientos accidentes de tráfico son una imagen
totalmente normal,
visible a diario en calles y carreteras.
Segundo
obstáculo: evitar que te roben
Sulubu, el
protagonista de esta noticia, nos cuenta como cuando llega la noche el peligro
aumenta por cien. “Antes de
llegar a la frontera, el bosque de Mabira es uno de los lugares más peligrosos
de la ruta, sobre todo de noche”, advierte. “Aquí no hay pueblos ni hoteles; no
hay nada, y los delincuentes se aprovechan de ello. Pueden pararte, robarte y hasta
matarte”.
Tercer obstáculo: la documentación.
El poco control burocrático que
existe antes de que el transportista salga para su ruta es habitual, lo que
produce un gran retraso y descontrol en las fronteras. En este caso, a Sulubu, incluso con los documentos autorizados,
la larga cola de camiones le obliga a dedicar otros dos días antes de pasar el
control para poder entrar en Kenia. Desde que salió de Kampala, hace cuatro días, ha viajado 221 kilómetros.
Cuarto
obstáculo: sobornar a la policía de tráfico
Apenas
ha recorrido unos kilómetros desde la frontera, cuando un policía le ordena con
malos modos que pare a un lado de la carretera. El dinero pasa de una mano a la
otra, y el agente le deja seguir inmediatamente. La transacción transcurre con
tanta rapidez y normalidad como si Sulubu hubiese comprado un simple billete de
autobús. Sobornar a la policía es natural en la vida diaria de los camioneros.
Quinto
obstáculo: la interminable espera.
Todos sabemos que
el tiempo es dinero, en cambio en África, este concepto no lo tienen tan
interiorizado. Las largas colas de espera ya sean por temas burocráticos o
distintas razones como accidentes de tráfico, es algo normal.
Si las horas
adicionales y los sobornos se eliminaran, el coste del transporte se reduciría
un 50%.
Conclusión personal:
África es un país que está en pleno desarrollo al que todavía le
faltan décadas para salir de la máxima pobreza. Sin en embargo, ejemplos como
el de Sulubu representan la fortaleza humana, que luchan por un futuro mejor y
el crecimiento de su país.
Personalmente me ha parecido muy interesante este artículo ya que he
conocido mucho más la dureza del trabajo en carretera y también me ha parecido
un ejemplo de superación humana.
Bibliografía:
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